Hay historias que se escriben con paciencia, malta y pasión.
La de Cervecería del Valle Sagrado es una de ellas.
Desde el corazón del Valle Sagrado de los Incas, entre montañas y tradiciones milenarias, este equipo cusqueño acaba de hacer historia nuevamente: por segundo año consecutivo, fue reconocida como Mejor Cervecería Artesanal de Latinoamérica y Mejor Cervecería Peruana en la Copa Latinoamericana de Cervezas Artesanales 2025.
El escenario no era menor. Más de 150 cervecerías de 15 países —desde México hasta Argentina— compitieron con más de 560 cervezas evaluadas a ciegas por un panel de 58 jueces internacionales. Y entre tantas copas, burbujas y estilos, el Valle volvió a brillar: 10 medallas en total (5 de oro, 2 de plata y 1 de bronce), coronando un año de cosecha dorada.
“Este reconocimiento refleja el trabajo constante de todo nuestro equipo y el compromiso con la calidad, la innovación y la pasión por lo que hacemos”, cuenta Gustavo Rojas, Jefe de Producción.
Y no exagera. Solo en 2025, la cervecería sumó 40 medallas y se llevó los títulos de Mejor Cervecería de la Competenciaen la Copa Volcanes (Arequipa), la Copa Mitad del Mundo (Quito), la Copa de los Andes (Cusco) y la Copa Nacional de Cerveceros del Perú (Lima). Un recorrido que confirma que su éxito no es casualidad, sino consecuencia de una filosofía bien clara: elaborar cerveza con alma, desde la raíz.
Fundada en 2014, Cervecería del Valle Sagrado ha sabido unir tradición, sostenibilidad e innovación. Su planta en el valle —a pocos minutos de Ollantaytambo— es hoy un destino obligado para quienes visitan Cusco, donde se puede recorrer el proceso, degustar estilos y entender por qué su nombre resuena tanto fuera del país.
Porque sí, su magia ya viaja lejos.
Y aunque los premios sumen y los títulos pesen, quienes conocen su historia saben que el secreto sigue siendo el mismo: un equipo que ama lo que hace, un lugar sagrado que inspira, y una cerveza que habla por sí sola.
