Westvleteren vs St. Bernardus, rompiendo el mito

Soy un absoluto convencido de que no existe nada parecido a “el mejor del mundo”, on su defecto “lo peor del mundo”, ya que poder hacer una categorización asi (mas alla de la retorica),  requiere de aspectos que son imposibles reunir. Empero, a los seres humanos les encanta (no me incluyo) hacer esta clase de categorizaciones; estas se dan en todos los aspectos del quehacer humano, y naturalemnte, la cerveza no escapa a este fenómeno.

Por décadas se ha dicho que la mejor cerveza del mundo es esta o aquella, va cambiando según las modas y demás, pero una cerveza que lleva ya un largo tiempo, siendo nominada como “la mejor” cerveza del mundo es sin duda Westvleteren, pero particularmente la numero 12. Sin duda es una cerveza extraordinaria, pero su valor comercial y toda su aurea manufacturada por el marketing, provienen del hecho de que los monjes de la Abadia de Saint-Sixtus, no elaboran cervezas en grandes cantidades, ya que solo producen una pequeña cantidad, lo necesario para vender y obtener los recursos económicos suficientes para vivir dia a dia. Esa “escasez” la han convertido en una suerte de “edición limitada”, para especular y generar mas interés, con lo que mas gente la busca y esta dispuesta a pagar grandes cifras.

Sin embargo, hay una parte de esta historia que es casi desconocida por la mayoría, y que para muchos es mejor mantenerla de esa manera, porque de lo contrario se destruye el mito Westvleteren. Estoy hablado de la cervecería St. Bernardus, ya que esta cervecería tiene una historia íntimamente relacionada con la de la Abadia de Saint-Sixtus. Para contarla brevemente, hay que recordar que Westvleteren dejo de elaborar sus cervezas en 1945, y solicito que la entonces Abadia Sint Bernardus, en ese entonces dedicada a la prodiuccionde quesos, elaborara sus cervezas; por tal motivo, St Bernardus elaboro las cervezas de Westvleteren  desde 1945 hasta 1992, todo bajo la supervisión del monje MathieuSzafranski (de origen polaco, por cierto), quien no solo llevo las recetas, sino también la levadura. Al termino del acuerdo cada marca trabajo por separado, ya que la Organización Trapista Internacional, exige que las cervezas trapistas se elaboren en el propio monasterio, en este caso Westvleteren, tenia la obligación de elaborar sus cervezas en su propio equipo.

Por esta razón, la calidad y el perfil organoléptico de ambas marcas es extraordinariamente similar. Para lograr una diferenciación Wetsfleteren desarrollo una nueva cepa de levadura, que si bien, no altera en demasía al producto final (naturalmente no podían ofrecer al consumidor una cerveza totalmente diferente a la que ya acostumbraban), si permite marcar sutiles diferencias respecto a sus hermanas creadas en St. Bernardus.

Estos indicios históricos, me llevaron a poner a prueba las similitudes y diferencias organolépticas entre Westvleteren y St. Bernardus, los resultados son (no obstante) maravillosos, si bien, a lo largo de años he sostenido que hay varias cervezas que son tan buenas o quizás mejores que Westvleteren, esta es al primera vez que hago un ejercicio de cata comparativa (cara a cara), para encontrar diferencias y similitudes.

Para este ejercicio, someti a escrutinio la Westvleteren 8 y 12 y respectivamente St. Bernardus Prior 8 y 12. La cata se llevo a cabo teniendo todas las cervezas a una temperatura de 12°C, servidas en copas TeKu; la cata se realizo en dos fases, una dedicada a las numero 8 y otra dedicada a las numero 12. La cata se hizo a ciegas, para no crear ninguna idea preconcebida. A continuación comparto los resultados de las catas:

Prior St. Bernardus 8

En primera olfacción presenta intensos aromas de caramelo y fruta muy madura, acompañados de notas esoeciadas (canela y anis estrella). En la segunda olfacción, los aromas se intensifican, son elegantes y bien balanceados, con un bello aspecto vinoso que recuerda al Oporto o al Madeira.

En gusto es franca, sedora, refrescante, de un gran cuerpo bien balanceado, untuosa y de final largo y seco.

El aspecto es de color ambar intenso con destellos cobrizos y rojizos, de un giste sostenido y de una microburbuja compacta, que forma encaje de Bruselas.

Westvleteren 8

En primera olfacción presenta unas delicadas notas especiadas y de fruta madura, bien balanceadas. En segunda olfacción los mismos aromas se incrementan, asomándose un perfil vinoso que recuerda al Oloroso o Amontillado. En este caso percibi una ligera oxidación.

En gusto es franca, sedosa, untuosa, de gran cuerpo, de un final largo y seco. Persiste la ligera nota oxidada.

En aspecto, el color es ambar intenso, con destellos cobrizos y rojizos, de giste sostenido y una burbuja my compacta, que forma encaje de Bruselas.

St.Bernardus Prior 12

En la primera olfacción regala notas de toffee, fruta madura y pasificada, ligeras notas especiadas. En una segunda olfacciónlos aromas se intensifican, son elegantes y bien balanceados, aporta una nota vinosa que recuerda a un Oporto Tawny o un Marsala.

Al gusto es franca, se percibe untuosa y con cierta viscosidad, sedosa y de gran cuerpo, final largo y seco.

Color marrón cobrizo, con tonos rojizoz y oro viejo, de giste sostenido y una hermosa microburbuja compacta, que forma un lindo encaje de Bruselas.

Westvleteren 12

En primera olfacción nos brinda intensos aromas de fruta madura y pasificada, con ligeras notas especiadas. En segunda olfacción, el aroma es intenso, elegante, presenta una nota vinosa que recuerda a un oporto Tawny muy viejo. Se percibe una pequeña punta de alcohol, que esta fuera de equilibrio.

Al gusto es franca, elegante e eintensa, sedosa, con una viscosidad agradable, de gran cuerpo, final largo y seco. La nota de alcohol sigue sintiéndose ligeramente fuera de balance.

En aspecto, es de color marróncobrizo con tonos rojizos, giste sostenido y de microburbujamuy compacta, que forma un bello encaje de Bruselas.  Cabe señalar que fue la única que todo el tiempo mantuvo un giste sostenido y compacto.

Como se puede apreciar, ambas marcas son extraordinariamente parecidas, con sutiles cambios. El asunto esta en la disponibilidad y los pecios, ya que St. Bernardus es muy accesible en su disponibilidad y precio, mientras que Westvleteren es lo contrario. De ninguna manera, puedo afirmar que una es mejor que otra (no es el objetivo de este ejercicio tampoco), lo que si puedo demostrar es que “la mejor del mundo” es una falacia del marketing, y asegurar que si hay cervezas igual de buenas que la mítica Westvleteren, y que las podemos adquirir a un menor precio.

¡Salud!

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