Durante una cata a ciegas comparamos una Duvel en botella con una de barril. Las diferencias fueron mínimas. La principal distinción estuvo en la carbonatación que —sorprendentemente— se percibió un poco mejor en barril. El característico perfil de levadura de Duvel también se mostró más expresivo, dando como resultado una impresión más fresca y vibrante. Así que, para quienes aún desconfíen de “una Duvel de barril”, quizá sea hora de reconsiderarlo… nosotros mismos caímos en la trampa al probar ambas versiones lado a lado, a ciegas.
Cerveza: Duvel (botella)
Volumen: 33 cl
Alcohol: 8,5% ABV
Color: Rubio dorado con efervescencia viva y una generosa capa de espuma blanca.
Aroma: Leve frutal, seco y con un toque de lúpulo.
Sabor y sensación en Boca: Inicio maltoso con notas frutales, refrescado de inmediato por la carbonatación. Termina seco, con un carácter fresco y “noble” de lúpulo.
Cerveza: Duvel (barril)
Volumen: 33 cl
Alcohol: 8,5% ABV
Color: Rubio dorado con efervescencia viva y una generosa capa de espuma blanca.
Aroma: Leve frutal, seco y con un toque de lúpulo.
Sabor y sensación en Boca: También comienza maltosa con matices frutales, pero con una carbonatación ligeramente mayor que aporta frescura extra, junto a una sutil nota de levadura. El final vuelve a ser seco, fresco y con ese carácter “noble” de lúpulo —invitando a dar un sorbo más que la versión en botella (aunque tal vez sea solo el reflejo de Pavlov… después de todo, la botella ya se vació mientras el barril sigue lleno).