El significado de la cerveza: una historia alternativa del mundo
por Jonny Garrett
Garrett no es un bloguero aficionado con obsesión por la espuma, sino un periodista de formación con un talento especial para combinar hechos concretos con una buena dosis de humor. Su libro se sitúa entre un tratado académico y una vuelta al mundo con una pinta en la mano. En nueve sólidos capítulos demuestra cómo la cerveza no solo ha acompañado la historia de la humanidad, sino que en muchas ocasiones la ha impulsado.
Si piensas que la cerveza es solo una bebida refrescante para relajarse, piénsalo de nuevo. Este libro te lleva a un viaje espumoso en el que la cerveza —esa humilde mezcla de agua, cebada y lúpulo— desempeña un papel protagonista en el desarrollo de la civilización. Garrett explora los orígenes de la cerveza y describe cómo los mesopotámicos llegaron a ser tan hábiles cerveceros que inventaron la agricultura solo para mantener el flujo de cebada. Y eso es solo el comienzo. La cerveza ha jugado un papel central en la religión, la medicina, los rituales sociales y, seamos honestos, en más de una decisión de vida cuestionable.
Todo comenzó con… mala cerveza. Garrett arranca el primer capítulo con fuerza: la civilización no creó la cerveza —fue al revés. Los rastros más antiguos de elaboración tienen 13 000 años, mucho antes de que existieran las ciudades, los impuestos o las disputas entre vecinos. En Abidos, Egipto, los arqueólogos están descubriendo lo que probablemente fue la cervecería más grande del mundo antiguo, construida por el faraón Narmer para impresionar tanto a los mortales como a los dioses. La cerveza era poder, propaganda y moneda. Los constructores de pirámides eran pagados con cerveza… y, francamente, suena mejor que vales de comida.
El segundo capítulo se lee como una aventura tecnológica. Spaten enfriaba cerveza antes de que existieran los refrigeradores. Carlsberg descubrió nuevas cepas de levadura. ¿Y la estación londinense de St. Pancras? Fue construida para transportar cerveza eficientemente a la capital, con bodegas bajo los andenes. Sí, tu próximo viaje en tren tiene más relación con las pintas de lo que imaginas.
El tercer capítulo se adentra en la política. En Westminster, la cerveza y la política han estado entrelazadas durante siglos: debates, acuerdos y decisiones se forjaban —y aún se forjan— en los pubs. Y en Múnich, cierto orador encontró su público gracias a los enormes salones cerveceros de la ciudad. Garrett incluso visita al príncipe Leopold von Wittelsbach, quien le muestra el original Reinheitsgebot, la famosa “ley de pureza” de la cerveza.
El cuarto capítulo plantea una pregunta: ¿la cerveza moldea la identidad? La respuesta es un rotundo sí. La República Checa sin pilsner es inimaginable. Los inmigrantes alemanes llevaron su cultura cervecera a Estados Unidos, donde dio inicio a un nuevo capítulo en la historia global de la cerveza.
El quinto capítulo es pura historia del marketing. Basta pensar en las campañas de Guinness que marcaron al mundo, a veces sin mostrar ni una sola pinta. Narrativas ingeniosas, mensajes con carga social y, al final… una Guinness para conversar.
El sexto capítulo confirma lo que muchos ya intuimos: cerveza y comida son un matrimonio dorado. Garrett repasa la historia de la fermentación e incluso menciona que, en otros tiempos, se daba cerveza a los bebés. (Prueba eso hoy en un festival y suerte con las autoridades sanitarias).
En el séptimo, el autor demuestra cómo la cerveza construye comunidad. Ya sea en el bar después del trabajo o en el patio trasero, la cerveza suele ser el pegamento social. Para mostrarlo en su máxima expresión, Garrett viaja a Svalbard, el asentamiento más septentrional del mundo, donde incluso allí una cervecería logra conectar a la gente.
El octavo capítulo pregunta: ¿la cerveza es sobre todo placer? La respuesta es obvia: por supuesto. Garrett visita Múnich, Blumenau (Brasil) y Qingdao (China): tres ciudades que parecen opuestas, pero todas muestran cómo la cerveza une a las personas a través de festivales, tradiciones y alegría compartida.
Finalmente, Garrett aborda los avances más recientes del mundo cervecero, con especial atención a la investigación sobre levaduras, cerrando el círculo de su relato
Garrett domina el equilibrio entre el rigor histórico y un humor seco que nos hace cuestionar las prioridades de la humanidad. Desde egipcios ofreciendo cerveza a sus dioses hasta monjes perfeccionando recetas entre oraciones, el libro está lleno de sorpresas que te harán comprender que el “pan líquido” merece tanto respeto como el pan horneado.
Es el tipo de obra que te deja pensando cuánta historia se escribió bajo el suave influjo de una buena pinta. Cuando llegas a la última página, probablemente querrás dirigirte a tu cervecería local, levantar el vaso y brindar por el largo —y deliciosamente absurdo— romance entre la humanidad y la cerveza.
📘 Jonny Garrett, The Meaning of Beer: An Alternative History of the World
