Más de 2,000 años de cerveza en México

El famoso rey cervecero Carlos V, otorgó la primera licencia para elaborar cerveza de tipo europea en México, esta “merced” le fue otorgada a un español llamado Alfonso de Herrera en 1542, esta primera cervecera se fundó en Amecameca, para aprovechar la pureza del agua. Esta cervecería se llamaría la Brazeria (aludiendo al concepto brasícola).

Empero, este no es el rastro más antiguo que se tiene de cerveza en México o América, ya que desde hace miles de años en nuestro continente se elabora la cerveza (de acuerdo a los arqueólogos en México, desde el año 650 a. C.), solo que desafortunadamente, por razones varias, la inmensa mayoría las desconoce, hablo en primer lugar de nuestro Tesgüino (Rarámuri) y de la Chicha peruana.

Durante siglos, se ha impuesto en todo el globo la idea de la cerveza, como algo “europeo”, lo cual ya de inicio es un error, ya que la cerveza nació en Medio Oriente y se consagro en África, para viajar a Europa central y septentrional, de donde viajaría a las nuevas colonias durante los siglos XVI y XVII. Sin embargo, no debemos olvidar las cervezas ancestrales en lugares como China (Li) o África (Chibuku y Heneket) y por supuesto, ¡nuestro Tesgüino!

La cultura eurocentrista, le ha hecho creer a la inmensa masa de cervesiafilos, que los europeos son la “quintaesencia” de la cerveza y sus creadores, lo cual es falso en buena medida.

En México tenemos (y aún viva) una cerveza, que se sigue elaborando con los mismos ingredientes y métodos que hace miles de años. Desgraciadamente los prejuicios, la ignorancia y peor, el abandono y la segregación social, política y económica, han relegado al casi olvido a la cultura Rarámuri y con ello a la cerveza ancestral mexicana.

Con mucha alegría (y algo de tristeza por nosotros), veo como hoy en día los peruanos han revalorado su Chicha y, ya hasta la están exportando, mientras que los mexicanos siguen mirando lo que hacen los gringos o los europeos.

Es un buen momento aún, para revalorar nuestros tesoros gastronómicos históricos, y sobre todo para mirar en nuestra cultura que todavía tiene mucho que enseñarnos. El Tesgúino no es cosa de museos, ni de libros de historia, ESTA VIVO y esperándonos, para ser reincorporado en nuestra vida cotidiana.

L'Abbaye des Rocs brune

Ter Dolen Blond