Desde cadenas de albóndigas hasta tortillas, bares de donuts, boutiques de croquetas y locales que venden solo pollo asado, los conceptos mono están donde están. Los consumidores están felices de pagar un poco más de lo normal por un plato de sopa de un local especializado en vez de elegir una del menú en el restaurante de la esquina.
El principio básico es super simple: hay un solo producto, pero con muchas opciones, con cada variedad posible de sopa, albóndiga o croquetas en el menú.
A la elección limitada se agrega algo único que le da a estos productos simples un lujo, una sensación de algo especial y que les permite un precio superior.
Si bien esta especialización viene con una etiqueta de precio, parece que estamos preparados para pagarla porque tenemos hambre de simplicidad. La mayoría de los puntos de venta de concepto mono se encuentran en las grandes ciudades porque cuanto más se especialice, mayor será la masa crítica de consumidores necesaria para obtener ganancias. Estos negocios también pueden ser de corta duración y ser presa de modas y tendencias.
En el mundo de la elaboración de cerveza podemos ver la tendencia opuesta. Parece como si nuestras cervecerías compitieran para ver quién puede obtener la mayor cantidad de tipos de cerveza en su cartera. Cervezas de temporada, cervezas de colaboración, ediciones limitadas, cerveza elaborada porque el cervecero tenía ganas ... cualquier cosa que se puedan imaginar, hay una cerveza para ella.
Solo un puñado de cervecerías se han mantenido singularmente comprometidas con su gama original. Con los monjes de Orval liderando el camino con su única cerveza comercialmente disponible que se elabora desde 1931. Westmalle, otra trapense, es otra cervecería que evita los experimentos, continuando para elaborar sus Tripel y Dubbel con gran dedicación y cuidado. Como resultado, la calidad de las cervezas Westmalle y su alto reconocimiento de marca realmente se destacan.
Lento pero seguro, estas empresas que se dedican a hacer una sola cosa (“solo un talento”) se están convirtiendo en unicornios, pero son un soplo de aire fresco en el mundo cervecero que se está volviendo loco por la variedad.